Gatito, gatito ~ [Compra].

Era un día calmado allí, en Obake Shi y por costumbre tenía de pasar por una interesante tienda casi al anochecer, cuando salía del trabajo. Trabajaba en una funeraria a tiempo parcial intercalandolo con los estudios, así podía pagarme mis caprichos, aunque dinero no me faltaba, había venido con una gran riqueza, sin embargo, siempre estaba bien ahorrar algo más, yo era así de tacaña. Mis padres por suerte antes de desaparecer o morir me habían dado tal suma de dinero que podía pudrirme en él para una gran eternidad. La suerte de ser una familia vampira,.la riqueza se acumulaba durante siglos y subía como la espuma de un vaso de cerveza y ahora, todo rsl era mío. Trabajaba más que nada para matar el tiempo que para recuperar lo poco que gastaba.
Era una noche de verano, no muy calurosa, pero soplaba una suave brisa que me hacía cerrar los ojos mientras caminaba de regreso a mi casa. Normalmente iría en taxi hasta mi casa, sin embargo, aquel día decidí que era mejor llegar un poco más tarde y disfrutar de la calma y tranquilidad que me ofrecía aquel anochecer. Pensé que llegando caminando la tienda de siempre ya estaría cerrada, sin embargo no era así, aunque de seguro que no tardaría mucho en cerrar. Siempre me habia llamado la atención aquel lugar y bueno, su respectiva ciudad también. Existían en ellas criaturas como yo, pero también otras criaturas que no tenía la menor idea de su existencia y a las que llamaban "pets". Las trataban como eso: mascotas. Y todo el mundo podía comprar una si lo deseaba. La gente las tenía como criados o como esclavos sexuales, sin embargo a mi nunca me janía llamado demasiado la atención tener uno, no iba a forzar a nadie a ser mi esclavo o mi criado, eso estaba claro. Y solo la idea me daba repelús. No era esa clase de criatura perversa yo.

Me acerqué al escaparate como siempre a ver las extrañas criaturas que había allí, normalmente no veía nada nuevo, sin embargo, aquel día si que vi algo nuevo en una jaula al fondo de la tienda, tenía cabello rubio y...

¡PLIM! El tintineo de la campanilla de la puerta me hizo volver a la realidad. Acababa de entrar, sí. Me acerqué lentamente hacia donde estaba aquel pet y lo examiné girándo alrededor de la jaula hasta dar con su cara. Era un neko de ojos verdes y ese cabello rubio tan brillante... me acerqué examinándolo más de cerca, parecía triste y por alguna extraña razón mi corazón se encogió al mirarle a los ojos y verle así. Apreté mi pequeño bolso donde llevaba mi dinero y le miré a él y al vendedor, y otra vez, sin saber que hacer, sinceramente no quería dejarle allí, encerrado, solo la idea de verle allí me estaba poniendo mala, además era una criatura muy bonita. Me pregunté como es que llegó allí y el por qué de su tristeza, es día antes no le había visto y sin embargo, ahora ahí estaba y con tan sólo un día parecía ya tan triste... las otras pets seguramente tendrían sus mismos sentimientos pero aquella mirada... metí un dedo entre los barrotes y le acaricié el moflete con una mano algo temblorosa. Sin embargo, no me hizo mucho caso. Fue un contacto cálido, rápido, ligeramente tembloroso por mi parte... no quería asustarme más ni mucho menos, sin embargo...
- Luash...- leí la plaquita y me acerqué al mostrador rápidamente con un aire decidido que era propio de mi cuando algo se me metía en la cabeza y si eso ocurría no había nada que hacer para hacerme cambiar de parecer.
- Lo quiero.- le dije al vendedor poniendo las manos sobre el mostrador y sacando la cartera. No sabía por qué, pero aquella miradita... tenía que sacarle de allí. Pero, ¿en serio? ¿yo con un pet? Bueno, que mas daba, vivía sola, no conocía a nadie allí y no pude resistirme, quería llevármelo a casa cuanto antes.

OFF: Si quieren que poste después, no me borren este mensaje pls, que no me acordaré de todo xD y daría palo volverlo hacer (?)

Recién llegaba a un sitio que no sabía muy bien que era, solo sabía que acabé dentro de... una tienda o algo así debería de ser, porque oí una campanita, como en las que ponen en los hornos o en las tiendas de peces y animales.

El hombre que me apresó, se puso hablar con otro hombre extraño, dicho extraño, me preguntó mi nombre, y yo, no le dije nada. No daría mi nombre a un desconocido así tan a la ligera. Entonces, el que me tenía sujeta, que era el que me raptó, me dio un meneo en la cara y me lo preguntó más bruscamente.

- Luash, ¿por qué lo preguntas?

No me dijeron nada, solo sé, que me llevaban a otra habitación, subiendo a unas escaleras, y me juntaron con más personas. Me dejaron solo, encerrado y se marcharon.
Yo me quedé con las personas encerradas.
- ¿Qué es esto? ¿qué pasa? - Dije, mirándolos a todos y cada uno de ellos, se veían raros, y no me contestaron.

Al cabo del rato, vino un hombre solo, el "extraño", venía con algo, no sabía muy bien que era porque su mano lo tapaba... me lo puso en la cabeza y se largó.
Eché mano a lo que me puso y vi que se trataba una placa con mi nombre. Yo me quedé totalmente sin saber que pasaba, ¿por qué me etiquetaba como si de un producto de compra se tratase? y... la campanilla, y la parte de abajo, me recordaba a una perrera o algo por el estilo. ¿Sera que nos habían raptado para ser torturados, comprados? o no se.

Más tarde, volví a escuchar el sonido de la campanita. Traerían a otro, o tal vez era un "comprador" paranoia que me monté.
Vi que se trataba de una chica, se me acercó, se quedó extrañada, murmuró mi nombre y me picó la cara; en el mismo lado, que me había dado aquel hombre de antes. Yo con miedo y con dolor de rozadura, me aparté y me eché mano a la cara.

- ¿Sabes que pasa aquí? ¿que queréis de mi? Le dije mirándola.

La chica se apresuró a una barra, donde allí habitaba el "extraño", oí no se que de una compra, solo pude entender las palabras de la chica, que fueron: Lo Quiero.

Me puse nervioso, ¿en verdad esto era una tienda? Si fuera cierto, ¿sería el hombre extraño el dueño de la tienda y la chica una compradora?

No sabía que hacer, y no tenía pinta de que pudiera salir de allí. Solo esperar a "algo", o tener una oportunidad más para alante, de escapar.

Quería volver a mi lugar de origen y tranquilidad.

Como cada dia, decidio tambien hoy dirigirse hacia la Tienda Bakemono para ocupar el puesto de su amigo que habia dejado la ciudad por temas personales. El chico del cabello negro se tumbo en una silla cercana mientras que subio los pies al mostrador. Pronto serian las horas de compras, los pets parecian estar entretenidos entre si y por eso no tuvo que ocuparse mucho del lugar. Despues de unas horas llego una chica de cabello negro, la habia visto antes y despues de ver como se acerco, decidio el hombre sentarse mejor en la silla, escuchando las palabras de la mujer. La orden fue clara, queria a un pet rubio felino que se encontraba a lo lejos.

El vendedor simplemente abrio uno de los cajones del mostrador y saco un documento. El hombre relleno el papel con sus datos y despues puso el documento ante la chica.

-Solo firme aqui y su pet le pertenecera.-

Soltando un bostezo volvio a echarse hacia atras dejando su espalda descansar en la silla. Frunciendo el ceño espero que le hicieran caso y le pagaran el dinero por la mascota. Estaba empesando a acostumbrarse a este trabajo.

[Pet Avisado]

El vendedor sin dar muchos rodeos sacó los documentos para la venta y los dejó en la mesa. Los leí detenidamente pero rápido y tracé una firma rápida, precisa y con letra clara. Mirando el precio que decía el documento saqué varios billetes de la cartera y los posé sobre el mostrador delicadamente. Que le dieran al dinero, no era barato que digamos, pero... a mi que me importaba, tenía suficiente para llenarme mi casa de pets si quería. Una vez hube pagado y firmado otro hombre sacó al pet de su jaula y lo llevó ante mi, sujeto, como si de un preso se tratase. Volteé los ojos y chasqueé los dedos con un gesto de "suéltalo", que pareció entender de sobras, pues así lo hizo. Suficientemente estaba asustado el gato para que encima le tratasen así y por lo que preguntó cuando me acerqué a él... bueno, parecía no saber donde se había metido. Le miré de arriba a abajo y suspirando le agarré de la mano.
- Gracias. Que tengan una buena noche.- dije a los encargados saliendo de la tienda tirando del pet. Aligerando el paso me acerqué a una parada de taxis y me monté en el primero de la fila metiendo a Luash en el coche. Tendría que explicarle muchas cosas y seguramente no le gustarían, pero era lo que había, al menos tendría un hogar en el que sentirse bien. Me acerqué a él en el coche.
- Compórtate hasta llegar a casa, no quiero que armes escándalo, allí ya podremos hablar tranquilamente.- le susurré disimulando un poco. Y después le apreté la mano en un gesto tranquilizador. No quería que pensase mal de mi. La imagen que podríamos dar era bastante normal, después de todo allí había todo tipo de criaturas y muchas tenían pets, era normal ir por la calle y ver a un hombre rodeado de dos maids o algo por el estilo, siempre había sido así. Aunque bueno... mis pintas eran algo más extravagantes de lo normal. Me toqué una de las alas, seguramente aquello desconcertaría al taxista y más si el pet decía cosas extrañas, por eso me convenía que estuviese tranquilo. Al cabo de un rato llegamos al lugar. Pagué al taxista, le dije que se quedase con la vuelta y agarrando a Luash le saqué del coche mientras caminábamos a la puerta de la villa. Tenía la idea de que iba a tener que calmarle y explicarle bastantes cosas.

Estando en aquel lugar y escuchando lo que podía, me estaba poniendo más nervioso aun. Vi como 2 hombres, se acercaban a mi y me cogieron y arrastraron con ellos hasta el primer piso. Allí se encontraba el supuesto vendedor y la supuesta compradora, si es que había oído yo bien.
Me quedé mirando a la chica y esta, chasqueó los dedos y de pronto, los hombres me soltaron.

- Gracias. Que tengan una buena noche. Eso dijo la chica, me cogió de la mano y me sacó fuera de ese lugar.
Me sentí bien, por volver a estar más o menos fuera de aquel sitio.
Había un taxi frente la puerta por donde me sacaron, me la quedé mirando a la chica, extrañado y sin saber que hacer. Entonces ella, me acompaño hasta el taxi y me metió.

- Compórtate hasta llegar a casa, no quiero que armes escándalo, allí ya podremos hablar tranquilamente. Creo que se dirigía a mi, me apretó más de la mano y esperé tal y como me dijo, que llegáramos a tal sitio, no sabía donde. Y, tras un rato el coche paró, se ve que llegamos al destino, la chica me volvió a sujetar y me sacó de allí... y caminábamos los 2, cogidos de la mano por la calle, hasta llegar a una especie de poblado/villa, no sabía muy bien que era.

Me sentía ¿bien? al estar agarrado de la mano de la chica, era la única que me había tratado bien desde que llegue al pueblo. Así que pensé en seguirla donde dijera y haber si con eso comprendía algo.